Si tiene esclerosis múltiple y usa un tratamiento modificador de la enfermedad (“disease modifying therapy” o “DMT”), o está considerando hacerlo, es probable que tenga preguntas. Muchos tratamientos modificadores para la esclerosis múltiple surten efecto al suprimir o modificar el sistema inmunitario. Algunos medicamentos para la esclerosis múltiple aumentan la probabilidad de tener complicaciones de una infección de COVID-19, pero se debe sopesar este riesgo con el de suspender o postergar el tratamiento.
Para obtener información sobre vacunas y tratamientos modificadores, ver Coordinación de los medicamentos contra la esclerosis múltiple y las vacunas.
Recomendamos que:
- las personas con esclerosis múltiple que toman tratamientos modificadores los continúen, a no ser que el médico tratante les aconseje que los dejen.
- las personas que tengan síntomas de COVID-19 o reciben un resultado positivo de infección hablen de su tratamiento para la esclerosis múltiple con el profesional tratante u otro enterado de la atención que reciben.
- antes de empezar cualquier tratamiento modificador nuevo o cambiar el actual, las personas con esclerosis múltiple hablen con su profesional de salud sobre cuál es la mejor opción para sus circunstancias particulares. Al tomar la decisión deben considerar la siguiente información:
Consideramos que las decisiones sobre tratamientos modificadores deben ser personalizadas y tomarse conjuntamente por la persona con esclerosis múltiple y su profesional de salud.
Impacto de tratamientos modificadores en la gravedad del COVID-19
Ver abajo la información que tenemos sobre el impacto de tratamientos modificadores en la gravedad del COVID-19. La mayoría de esta evidencia proviene de estudios realizados antes de que las vacunas contra el COVID-19 estuvieran disponibles en todas partes.
- Interferones (Avonex, Betaseron, Extavia, Plegridy, Rebif) y glatirámero acetato, (Copaxone)
Es poco probable que estos medicamentos aumenten la gravedad del COVID-19. Hay cierta evidencia de que los interferones posiblemente reduzcan la necesidad de hospitalización debido al COVID-19.
- Dimetil fumarato (Tecfidera), diroximel fumarato (Vumerity), teriflunomida (Aubagio), fingolimod (Gilenya), natalizumab (Tysabri), ozanimod (Zeposia) y siponimod (Mayzent)
La evidencia disponible indica que las personas con esclerosis múltiple que toman estos medicamentos no tienen un riesgo mayor de síntomas más graves del COVID-19.
- Tratamientos dirigidos a CD20 — ocrelizumab (Ocrevus) y rituximab (Rituxan)
Hay cierta evidencia de que es posible que estos conlleven una mayor probabilidad de un caso más grave de COVID-19, lo que incluye mayor riesgo de hospitalización. Sin embargo, estos tratamientos se deben seguir considerando opciones para el tratamiento de la esclerosis múltiple durante la pandemia. Las personas con esclerosis múltiple que toman estos u ofatumumab (Kesimpta), que funciona de la misma manera, deben tomar precauciones para reducir el riesgo de infección. Si las personas con esclerosis múltiple que siguen estos tipos de tratamientos modificadores tienen un resultado positivo de COVID-19, deben comunicarse con su profesional de salud lo antes posible para hablar de las opciones de tratamiento.
- Alemtuzumab (Lemtrada) y cladribina (Mavenclad)
Se necesitan más datos sobre el uso de estos medicamentos durante la pandemia de COVID-19 para evaluar su seguridad. Las personas con esclerosis múltiple que siguen estos tratamientos y viven en una comunidad con un brote de COVID-19 deben hablar de su actual conteo de linfocitos con su profesional de salud. (Los linfocitos son un tipo de glóbulo blanco que ayuda a proteger el cuerpo de infecciones). Si el conteo se considera bajo, deben tomar las debidas precauciones para reducir su riesgo.
El trasplante autólogo de células madre hematopoyéticas (aHSCT por su sigla en inglés) incluye quimioterapia intensiva. Esto debilita considerablemente el sistema inmunitario por un tiempo. Las personas que han tenido un aHSCT recientemente deben considerar prolongar el tiempo que permanecen aisladas durante el brote de COVID-19 por lo menos seis meses. Las personas que están por recibir el tratamiento deben consultar con su profesional de salud si deben posponer el procedimiento. Si tienen un aHSCT, la quimioterapia se debe realizar en salas aisladas de otros pacientes del hospital.