Aunque se desconoce la causa de la esclerosis múltiple, estamos averiguando más sobre los factores ambientales que contribuyen al riesgo de tener la enfermedad. No existe un solo factor de riesgo que cause la esclerosis múltiple. Se cree que varios factores contribuyen al riesgo general.
Factores geográficos y la esclerosis múltiple
Se sabe que la esclerosis múltiple ocurre con mayor frecuencia en las zonas más alejadas del ecuador. En un esfuerzo por comprender por qué, los epidemiólogos —científicos que estudian los patrones de enfermedad en grandes grupos de personas— observan las variaciones en factores geográficos, genéticos y demográficos (edad, sexo y origen étnico), las causas infecciosas y los patrones de migración. Por ejemplo, un estudio indica que la explicación de la mayor prevalencia de la esclerosis múltiple en esas zonas podría ser el acceso a la atención de salud allí.
Otros estudios han mostrado que quienes se mudan antes de los 15 años de edad tienden a adquirir el nivel de riesgo del lugar al que se trasladan, ya sea más alto o bajo. Dichos datos indican que la exposición a algún agente ambiental antes de la pubertad puede predisponer a las personas a tener esclerosis múltiple después.
Los "grupos" de esclerosis múltiple, la percepción de que se han producido muchos casos de esclerosis múltiple en un período o lugar específicos, pueden ofrecer pistas sobre el riesgo ambiental o genético de la enfermedad. Hasta ahora, los estudios de la esclerosis múltiple en grupos no han producido evidencia clara de la existencia de uno o varios factores causantes o desencadenantes de la enfermedad.
Antes de confirmar todas estas teorías, es necesario realizar más estudios.
Vitamina D y la esclerosis múltiple
Cada vez más pruebas indican que la vitamina D desempeña un papel importante en el surgimiento de la esclerosis múltiple. Se ha identificado como factor de riesgo un nivel bajo de vitamina D en la sangre. Algunos investigadores consideran que la exposición al sol (la fuente natural de vitamina D) quizá ayude a explicar la distribución de la esclerosis múltiple en las regiones más al norte y sur. Las personas que viven más cerca del ecuador están más expuestas a la luz solar todo el año. Como resultado, tienden a producir de manera natural más vitamina D, que se cree que contribuye a la función inmunitaria y puede ayudar a proteger a las personas contra enfermedades mediadas por el sistema inmunitario, como la esclerosis múltiple.
Se realizan estudios sobre los beneficios de los suplementos de vitamina D para prevenir y controlar la esclerosis múltiple. Si tiene preguntas sobre suplementos, consulte con su profesional de salud.
Tabaquismo y la esclerosis múltiple
Cada vez hay mayor evidencia de que el tabaquismo desempeña un papel importante en la esclerosis múltiple. Los estudios han demostrado que fumar aumenta el riesgo de esclerosis múltiple y está asociado con casos más graves y avance más rápido de la enfermedad. Afortunadamente, las pruebas también indican que existe una relación entre dejar de fumar, ya sea antes o después del inicio de la esclerosis múltiple, y la progresión más lenta de la discapacidad.
Obesidad y la esclerosis múltiple
Varios estudios han mostrado que la obesidad en la niñez y la adolescencia, en particular en muchachas, aumenta el riesgo de tener esclerosis múltiple después. Otros estudios han demostrado que la obesidad en adultos jóvenes también puede contribuir a un mayor riesgo de esclerosis múltiple. Además, en las personas con un diagnóstico de esclerosis múltiple, la obesidad puede contribuir a la inflamación y mayor actividad de la enfermedad (por ejemplo, recaídas y lesiones detectadas en imágenes de resonancia magnética).